PÁJARO DE FUEGO
- IO
- 8 may
- 3 Min. de lectura
Libro del escritor y poeta Yehudah Abraham Dumetz.
Por Ingrid Ortez

La nueva obra poética de Dumetz está cargada de intimidad y declaraciones, con una riqueza enorme de tropos literarios, que juega y danza entre ellos con singular precisión.
‘Pájaro de fuego’, distingue claramente dos vertientes; una declarativa impregnada de afirmaciones, escrita en prosa, que manifiestan sus creencias y su fe con una fuerza casi abrumadora, pero que revela su esencia poética más auténtica. Y la otra; una línea puramente amorosa y más cercana a la poesía lírica, que aunque conserva elementos simbólicos culturales, adopta un tono suave y rítmico.
Para apreciar plenamente la obra poética de Dumetz, toca comprender su contexto espiritual y generacional, pues gran parte del lenguaje y tropos utilizados están conectados a sus creencias y le aportan la profundidad muy característica de su trabajo, que lejos de ser un elemento secundario, constituyen el núcleo de su fortaleza y se plasman en su obra de forma notable. Este contexto es esencial para comprender su línea poética, ya sea que aborden temas de amor, situaciones sociales, reflexiones profundas o afirmaciones contundentes. Su poesía se distingue por una profunda carga simbólica y una construcción que oscila entre la introspección, la identidad y el conflicto.

Dumetz explora la dualidad entre pérdida y renacimiento, lucha y reafirmación, se erige como un puente entre lo individual y lo colectivo, lo místico y lo terrenal, lo poético y combativo; volviéndose su trabajo un espacio donde la memoria, la resistencia y el amor convergen en un diálogo constante con la historia y la identidad.
Uno de los rasgos más notables de su obra es la manera en que integra esa memoria histórica con la emoción personal, la transformación del dolor en fortaleza y la conexión con el destino amoroso sugieren una visión trascendental del amor y la vida, donde la herencia y la identidad desempeñan un papel esencial. En otros poemas el tono se vuelve más desafiante, abordando la poesía como un acto de legitimación y resistencia, donde la palabra se convierte en un arma contra la opresión.
A nivel estilístico, Dumetz emplea un lenguaje poético cargado de metáforas, símbolos y referencias culturales que exigen una lectura atenta y contextualizada, pues no sólo narran experiencias, sino que también interpelan al lector, ya sea con preguntas retóricas, advertencias o afirmaciones categóricas.
La presencia de elementos como la tierra, el tiempo y la sangre ancestral refuerzan la idea de que su poesía no es solamente expresión personal, sino testimonio y reivindicación.
En el poema ‘Azharah’ se mueve entre la crítica y la advertencia, planteando una reflexión sobre la relación del hablante con la poesía, la identidad y la lucha; en tono de desafío, con la imagen de la poesía como una gacela huidiza, inalcanzable para quien la persigue y estableciendo con esta idea una dicotomía entre el deseo y la imposibilidad, sugiriendo que no cualquiera puede apropiarse del arte poético.
Las referencias a los poetas Yehuda Amijái y Mahmud Darwish añaden profundidad al poema; el poeta israelí Amijái escribió sobre la guerra, el amor y la pérdida con un tono desencantado; mientras que Darwish, poeta palestino, abordó el exilio y la resistencia. Dumetz al incluirlos parece situarse dentro de un contexto de conflicto, identidad y reivindicación, lo que refuerza el carácter combativo del poema, finaliza con una declaración de origen y resistencia, con elementos naturales, "piedra, olivo, cedro, ciprés" que insinúan una identidad ligada a la tierra y la tradición, la comparación con un gato cazador refuerza la idea de una lucha implacable y un sentido de justicia o venganza, cerrando el poema con una advertencia directa.
En ‘Mente y corazón’ Dumetz se muestra entre la derrota sentimental y la redención a través de un nuevo amor, pérdida y renacer; pues inicia en una aparente desesperanza, pero rápidamente reconfigura esta pérdida como una liberación que le permite ganar "todo y mucho". Este giro establece el tono del poema, es una evolución desde el sufrimiento hasta la reafirmación de la vida y el amor, jugando con el tiempo y el destino. La imagen del fuego que se enciende y la metáfora del río que fluye al mar sugieren que este amor no es casual, sino un reencuentro predestinado, reforzado por referencias místicas como "Or Ein Sof" (concepto de la Cábala que alude a la luz infinita de su dios), el cierre del poema, refuerza la idea de que el amor no se pierde, sino que se transforma y renace.
Es un verdadero honor y gran placer contar con Pájaro de fuego, pero aún más, con la amistad de mi estimado ensayista y poeta Yehudah Abraham Dumetz. Enhorabuena, querido amigo, por esta nueva obra que sin duda enriquecerá a quienes valoramos la poesía nacida del esfuerzo y la entrega constante de un verdadero artista.

Página web del escritor https://sevilladumettanton.wixsite.com/blog
Comments