El mundo está plagado de libros, frases, dioses proclamando su fórmula para el éxito. Miles y miles de libros de autoayuda que promueven su farsa de cómo ser millonario, o más inteligentes, exitosos o más bellos. Déjeme desilusionarlo, ninguna de esas fórmulas funciona. Por años se nos vendió también el ya fallido rezo del norte del 'sueño americano' que se cayó del pedestal, jamás fue real.
Ahora abundan los influencer proclamando su éxito, que, por medio de explotar la parte más estúpida de su cerebro, muestran al mundo su logrado sueño de hacerse millonarios, por las idioteces que hacen en las redes, fama que llega como la espuma de la cerveza que luego se va evaporando y que lamentablemente lo único que logramos, es una generación menos pensante. Por supuesto, no todos lo son, siempre hay excepciones.
Alcanzar los sueños no es una fórmula matemática que le sirve a todos por igual, o un juego de magia; la vida real no funciona así. Requiere de algo que muchos de esos que proclaman el éxito no conocen; disciplina, esfuerzo, trabajo honesto, valentía para arriesgarse en mundo que nos engaña, haciéndonos creer que todo se obtiene fácil. Fracasar una y otra y otra vez, hasta encontrar el camino. Lograrlo es un proceso de años y de muchos elementos que se van juntando con el paso del tiempo, que luego permiten hacernos crecer como seres humanos, requiere de madurez y metas.
Recuerdo que hace años atrás, una de mis alumnas se sentó a conversar conmigo de sus sueños. Siempre van acompañados del miedo a arriesgarnos, temor a perder y mucha incertidumbre, especialmente en un país como el nuestro, que no apoya a los emprendedores y que vende la imagen de hacerse millonario y tener éxito por medio de la corrupción. Lo bueno, es que siempre hay personas de gran valor que sí logran sus sueños con esfuerzo y por el camino correcto.
Motivar a las nuevas generaciones a ser mejores personas y lograr con buen trabajo sus objetivos, debe ser parte de nuestra labor. Estamos acá para ayudar, para ser comunidad apoyándonos y no poniendo zancadillas.
La satisfacción que se siente cuando vez a aquellos que aprecias, lograr sus sueños tras mucho esfuerzo, es incomparable. Tuve la oportunidad y el enorme placer de disfrutar el resultado del esfuerzo de una gran mujer. Hace un par de semanas, esa misma alumna, ahora mi colega, me invitó a la inauguración del primer peldaño que fue construyendo con esfuerzo y un cúmulo de emociones, ladrillo por ladrillo, y del cual logré ser testigo cada año.
Por supuesto que el camino no termina con el día de la inauguración, ese sueño debe seguir alimentándose día a día; pero estoy totalmente segura que será fabuloso, y la llevará cada noche a dormir cansada, pero triunfante.
Con la satisfacción de estar haciendo lo que tanto anheló y por lo que se esforzó cada día.
Hoy comparto con ustedes un poquito de esos momentos. Y les invito a todos a visitar I-MAKHE
No solo seguirles en las redes, también visitarles, para que disfruten del placer de comer en un ambiente relajante, un rincón de naturaleza en esta ciudad de cemento, con una atención exquisita.
Y no solo eso, al llegar, verá que es un lugar lleno de muchas sorpresas, pues no solo de comida vive el ser humano. De paso, usted contribuye al sueño de dos hermanas emprendedoras que junto a su madre son ejemplo de valentía y unidad, y decidieron creer en sus sueños, arriesgarse, trabajar duro por ello a pesar de todos los obstáculos que se presentaron en el camino.
I-MAKHE
Ubicado en el boulevard Morazán, entre Usami y Meraz. La puerta azul, con un horario de martes a domingo de 11am a 9pm
También puede hacer pedidos y reservar su mesa
504-3149-0138 // 8797-0090
Y así sin más... recuerde, debemos apoyarnos unos a otros en esta jungla; pues su sueño, podría mañana depender del apoyo de esos otros.
Hasta la próxima mis pocos queridos lectores...
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